Ruido laboral y su impacto en la salud

La exposición al ruido está inevitablemente en nuestro día a día. Desde que salimos de casa puede haber obras de construcción en marcha, motores de coches, bullicio de personas, música en nuestros auriculares,…

Si además añadimos el ruido de nuestro trabajo, se trata de una exposición continuada de ruido en nuestros oídos, excepto casi solamente al dormir.

El desgaste de nuestro sistema auditivo es normal, ya que el envejecimiento del organismo lleva también al deterioro de la capacidad auditiva. Sin embargo, ¿por qué aumentar el ruido y el daño sufrido en nuestros oídos?

Físicamente, el sonido y el ruido son lo mismo; la diferencia es que el ruido es un sonido indeseado. El efecto del ruido se traduce en un daño progresivo, lento y paulatino que no tiene una consecuencia visible, por lo que es fácil dejarlo a un lado.

Además, los riesgos como este, que contribuyen a una incapacidad (y no a mortalidad) suelen pasar a un segundo plano. Pero aun así es un daño irreversible.

Las personas que trabajan en entornos de fabricación, transporte, minería, construcción y agricultura suelen ser las más expuestas a ruidos laborales.

En este artículo vamos a ver los efectos perjudiciales que el ruido laboral puede tener en la salud de las personas y qué estrategias se pueden llevar a cabo para minimizarlos en la medida de lo posible.

Ruido laboral y su impacto en la salud

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunos efectos del ruido sobre la salud pueden ser:

- Disminución de la capacidad auditiva.

- Malestar

- Hipertensión

- Disminución del rendimiento laboral.

- Efectos sobre el sistema inmunitario.

- Influencia en la calidad del sueño.

La exposición al ruido en el trabajo tiene como resultado más característico la pérdida de audición, la cual puede ir acompañada de un pitido constante (tinnitus).

No hace falta trabajar en entornos sumamente ruidosos para sufrir estas consecuencias. Por ejemplo, los trabajadores de oficinas de teleasistencia están continuamente expuestos a estímulos auditivos que pueden resultar también dañinos y estresantes.

La disminución de la capacidad auditiva tiene consecuencias también a otros niveles para la persona que lo sufre:

- Aislamiento social.

- Alteraciones en la comunicación con compañeros de trabajo y familia.

- Disminución de la capacidad para percibir estímulos ambientales (señales de advertencia, sonidos de maquinaria,…).

- Pérdida de productividad.

- Ansiedad, irritabilidad, baja autoestima.

El aislamiento social suele ser uno de los factores que más ayudan a concienciar a los trabajadores en las formaciones de riesgos laborales.

Un ejercicio básico es el de ponerse unos protectores auditivos con una alta reducción del sonido, y después tratar de comunicarse con los demás (será difícil oírles y la persona con protectores seguramente gritará, causando molestia en el interlocutor) o escuchar música conocida (se escuchará lejana y con cierta distorsión).

¿Cómo minimizar los daños del ruido en el trabajo?

- Distribución de turnos.

- Medidas de protección colectiva: adquisición de equipos, amortiguación y cabina acústica.

- Medidas de protección individual: auriculares y tapones de oídos.

Para evitar estas consecuencias en la salud de los trabajadores, algunas medidas básicas a tomar, a nivel organizativo, comienzan por distribuir los turnos de trabajo entre las personas, de manera que la exposición al ruido pueda estar repartida entre distintos trabajadores y al final sea de menos tiempo.

Cuanto mayor sea el nivel de ruido, menor el tiempo al que se puede estar expuesto y mayor riesgo de lesión.

A nivel colectivo, la maquinaria debe incluir resguardos y sistemas de amortiguación para dificultar la expansión de las ondas de sonido y las vibraciones .

Lo ideal es tener en cuenta el ruido emitido por los equipos de trabajo, de manera que la empresa tenga en cuenta este aspecto a la hora de adquirir los equipos, entre otras variables.

Las cabinas acústicas sirven como cerramiento y aislamiento para la maquinaria que emite altos niveles de ruido. También pueden servir como zona de descanso en entornos con alta presión sonora.

Por último, los equipos de protección individuales (EPIs) son esenciales. En muchas ocasiones, las medidas organizativas y colectivas no son suficientes para proteger a los trabajadores de una exposición al ruido excesiva, por lo que los EPI auditivos suponen una barrera imprescindible.

Los protectores auditivos tienen la capacidad de atenuar el sonido que podría llegar al sistema auditivo humano, siempre y cuando sean bien utilizados. Los más empleados son las orejeras y los tapones de oídos.

Recuerda que en exposiciones superiores a 85 decibelios (dB) es obligatorio el uso de protección auditiva. Debe fomentarse el uso de protección auditiva incluso a menores niveles de ruido, ya con 80 dB.

Selección del protector auditivo adecuado

Para emplear un protectore auditivo adecuado deben realizarse mediciones de los niveles de ruido, buscando una atenuación óptima.

Es básico que la protección no sea excesiva, ya que esto haría que la persona estuviera aislada del entorno, de la comunicación con los demás y de las posibles señales de advertencia y peligro

Para que el protector auditivo cumpla su propósito, hay que tener en cuenta el tamaño del protector, ya que no todas las personas tendrán el mismo tallaje.

Existen opciones de tapones de oídos desechables y reutilizables. En el caso de los reutilizables, la higiene y limpieza del equipo es fundamental (cada fabricante ofrecerá las indicaciones para lavarlos). Las orejeras también disponen de repuestos y almohadillas interiores para su mantenimiento.

Las orejeras también permiten el acoplamiento al casco de protección, por lo que se trata de protecciones individuales compatibles entre sí si las conexiones lo permiten.

La comodidad es imprescindible también, pues un EPI incómodo supone menor probabilidad de usarlo y por tanto mayor riesgo.

Recuerda que la salud es siempre lo primero. El daño auditivo es progresivo pero irreparable y el ruido puede llevar a enfermedades cardiovasculares, afectaciones psicológicas y alteración en la comunicación con otras personas.

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Protege tus oídos de manera óptima y sigue disfrutando del sentido de la audición.

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