Cada empresa tiene la responsabilidad de proteger a sus trabajadores. Existen ciertas obligaciones relacionadas con la facilitación y uso de equipos de protección indivual (EPI) en el trabajo cuando son necesarios.
Los EPIs se utilizan para proteger al usuario contra los riesgos de seguridad o salud.
En el año 2020 hubo un total de 397.019 accidentes en el trabajo con baja laboral en España.
Cifra muy elevada que podría haberse reducido siguiendo los protocolos de seguridad oportunos y utilizando de manera adecuada medidas de protección tanto individuales como colectivas.
La importancia de los EPIs
Es imprescindible dar formación e información sobre distintos procesos y protocolos de seguridad en el trabajo, así como supervisar que los empleados trabajen de manera segura y responsable.
A pesar de existir controles, sistemas y medidas preventivas a nivel colectivo, si fueran necesarios EPIs, es responsabilidad de la empresa proporcionar dichos EPIs a los empleados.
La elección del EPI debe relizarse con detenimiento, teniendo en cuenta:
- ¿Cómo son el entorno de trabajo y el ámbito?
- ¿Quién está expuesto y a qué?
- ¿Cuánto tiempo está expuesto?
- ¿A cuánto está expuesto?
Es importante asegurar que los operarios estén capacitados para usar correctamente sus equipos de protección y sepa cómo detectar e informar cualquier falla.
¿Qué son los EPIs?
“…Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud en el trabajo.”
Es decir, que los EPIs son la última barrera de defensa del trabajador. Son dispositivos o medios de seguridad para reducir riesgos y daños que amenancen la integridad física o salud en el ámbito laboral.
¿Todos los EPIs protegen igual?
¡No! Los EPIs se clasifican en tres categorías según de qué riesgos protejan:
¿Qué EPIs son los más comunes?
Protección ocular
Los ojos pueden estar expuestos a riesgos como salpicaduras de productos químicos, virutas metálicas, polvo, proyectiles, gas, vapor o radiación.
Existen alternativas como gafas de seguridad, los cubregafas, las pantallas faciales, las máscaras para toda la cara y viseras. Deben proporcionar como mínimo protección frente a la actividad realizada, comodidad y calidad.
Protección de cabeza y cuello
Posibles accidentes que afecten a esta zona pueden ser impactos por caídas de objetos, enredo de pelo en maquinaria, goteos o salpicaduras de productos químicos…
Los cascos de seguridad industrial, los gorros y las redecillas para el cabello pueden ayudar a minimizar estos riesgos. Algunos cascos de seguridad incorporan o pueden equiparse con gafas u orejeras de protección.
Protección auditiva
Aspectos como el nivel de ruido y la duración de exposición son clave a la hora de sufrir daños en el sistema auditivo. Los altos niveles ruidos pueden ser peligrosos, incluso si es durante corta duración.
Existen dos principale alternativas, tapones y orejeras. Es importante que reduzcan el ruido a un nivel aceptable, pero que al mismo tiempo permita la comunicación.
Protección de las manos
En gran cantidad de sectores las manos están expuestas a gran cantidad de riesgos y peligros como temperaturas extremas, cortes, perforaciones, impactos, productos químicos, descargas eléctricas, etc.
Protección respiratoria
Debe utilizarse un equipo de protección respiratoria en el caso de trabajar en atmósferas con poco oxígeno o riesgos respiratorios por la presencia de polvos, gases y/o vapores.
Hay muchos tipos de máscaras, reutilizables, desechables o los respiradores con filtrado. Estos últimos incluyen máscaras y respiradores de filtrado simple y respiradores asistidos por motor.
Es imprescindible asegurarse de que se ajuste correctamente, utilizar el tipo de filtro correcto, ya que cada uno es efectivo solo para una gama limitada de sustancias, renovarlos y que todo esté homologado.
Calzado de seguridad
En algunos trabajos los pies pueden estar en riesgo debido a condiciones húmedas, calientes o frías, acumulación electrostática, presencia de vehículos, resbalones, cortes y perforaciones o caída de objetos.
Para minimizar los riesgos se deben usar botas o zapatos de seguridad con puntera de protección, antiestáticos, antideslizantes, con suela resistente a la penetración...
También existen calzados específicos, como por ejemplo el calzado no conductivo para los trabajos con electricidad o en tensión. Se debe seleccionar el calzado apropiado para cada caso.
Por aquí te dejamos más información sobre el calzado de seguridad:
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