En la actualidad, a medida que se diluye la barrera entre vida laboral y personal, la salud mental en el trabajo es cada vez más importante, sobre todo en contextos de teletrabajo. El bienestar emocional de los empleados se ha convertido en un factor crítico para la productividad y el ambiente laboral.
La realidad de la salud mental en el ambiente laboral
Actualmente existe un incremento de trastornos como el estrés, la ansiedad o la depresión a raíz de ciertos ambientes laborales, esto afecta a empleados de todos los niveles y sectores. Suelen surgir como respuesta a la carga de trabajo excesiva, falta de apoyo social trabajo, el acoso laboral y/o la inseguridad laboral. La pandemia de COVID-19 exacerbó aún más estas cuestiones, ya que creció la dificultad para desconectar en entornos de teletrabajo.
La realidad es que a día de hoy se le está empezando a dar visibilidad a este tipo de asuntos, pero aún queda mucho por hacer, ya que sigue existiendo una cierto estigma en torno a la salud mental.
Consecuencias de ignorar la salud mental en el trabajo
No abordar estos problemas tiene consecuencias significativas para ambas partes. Para los trabajadores puede resultar en un deterioro del bienestar físico y/o emocional, decremento de la motivación, aumento del absentismo y, en casos severos, deserción laboral. Para las organizaciones, disminución en la productividad, aumento de costes médicos, una mayor rotación de personal, una reputación empresarial dañada y por tanto, afectará a rentabilidad de la empresa.
Identificación de problemas de salud mental en el trabajo
- Cambios en el rendimiento: La disminución de la productividad, errores frecuentes, disminución en la calidad en tareas rutinarias y/o dificultad para concentrarse.
- Alteraciones en el comportamiento: Menos participación evitando interacciones, cambios de humor significativos o actitudes negativas.
- Cambios en la apariencia física/hábitos: que difieran de lo habitual la manera de vestir o higiene, signos de fatiga y/o agotamiento generalizado.
- Aumento del absentismo: Ausencias repetidas o aumento en la solicitud de días libres, llegadas tardías o salidas tempranas sin justificación aparente.
- Dificultades en las relaciones interpersonales laborales: Aumento en los desacuerdos o sensibilidad a la crítica. Preferencia por trabajar solo evitando la colaboración.
Cómo mejorar la salud mental en el trabajo
Cómo mejorar la salud mental en el trabajoMejorar la salud mental en el trabajo es un proceso multifacético que requiere el compromiso de todas las partes.
- Crear una cultura de apertura y apoyo: Desestigmatizar el tema promoviendo conversaciones abiertas y ofreciendo formación. Incentivar el apoyo emocional entre ellos, creando una red de seguridad.
- Implementar políticas de bienestar: Introducir y promover programas de bienestar, desde la actividad física hasta la meditación, además de políticas como horarios flexibles o teletrabajo.
- Proporcionar recursos: Programas de asistencia al empleado (EAP) que ofrecen acceso a terapia para enfrentar desafíos personales y profesionales. Capacitaciones sobre herramientas para el manejo del estrés y resiliencia.
- Fomentar la comunicación efectiva: Asegurar que todos se sientan escuchados y valorados, desde reuniones uno a uno hasta foros abiertos de discusión. Feedback constructivo y regular que sirva de retroalimentación de manera que promueva el crecimiento personal y profesional, sin olvidar el reconocimiento de logros.
- Ajustar las cargas de trabajo: Las expectativas y los plazos deben ser realistas para evitar el agotamiento y el estrés laboral. Incentivar a los empleados a tomar descansos regulares durante el día y a utilizar plenamente sus vacaciones.
- Desarrollar líderes comprensivos: Entrenar a los gerentes en habilidades de comprensión y apoyo a la salud mental. Promover el autocuidado entre líderes, lo que establecerá un modelo positivo para el equipo.
- Evaluación y retroalimentación continua: Encuestas de satisfacción y bienestar periódicas para evaluar el estado de los empleados y obtener información sobre políticas de salud mental y ajustarlas en base a los datos recogidos.
En conclusión, la realidad de la salud mental en el ambiente laboral es un complejo entramado de factores individuales y organizacionales que requieren una atención cuidadosa y estrategias bien diseñadas para su mejora. Al abordar proactivamente estos desafíos, las empresas no solo benefician a sus empleados, sino que también fortalecen su propia resiliencia y sostenibilidad a largo plazo.
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